@osoldu
Me encontraba anoche saliendo de un centro comercial quiteño
cuando se me cruzó por el frente un niño de aproximadamente unos ocho o nueve
años, vestía el uniforme de la selección argentina y por el acento con el que
le hablaba su madre, asumí que tenía aquella nacionalidad. El niño trataba de
dominar un balón de fútbol mientras su madre sacaba la mano pidiendo a un
taxista que detenga su vehículo para irse de allí.
Aquel niño me recordó mucho a Lionel Messi, la máxima figura
del fútbol actual, aquel que hace pocos días fue cuestionadamente galardonado
con el Balón de Oro del Mundial de Brasil 2014.
Me imaginé al pequeño Lio como aquel niño, pequeño y menudo,
llevando su balón a todas partes a las que iba, queriendo ser un profesional.
Con esa ilusión que resulta imposible de vencer, aquella que es lo más
importante en tu vida y te da las alas que necesitas para no detenerte hasta
que ese sueño se convierta en realidad.
Quizá por el efecto del hambre y la gripe me puse a
reflexionar en cómo habría sido la vida de aquel niño que en los potreros de su
natal Rosario solo quería jugar a la pelota. Y recordé aquellas polémicas
declaraciones en las que Messi resta importancia al premio del Balón de Oro del
Mundial, que personalmente considero injusto porque vimos mejores performances
de varios otros jugadores. ¿Por qué Lio dijo eso? ¿Acaso no habría sido uno de
sus sueños de niño ganarlo? ¿O sencillamente sabía que no lo merecía? Entonces
la pregunta por decantación era: ¿Por qué Messi cuando vimos a Müller, James,
Robben, Götze, etc.?
No quisiera pecar de elucubrador pero estoy seguro que aquel
premio tiene tintes blatterianos, pues aunque sea uno de mis jugadores
preferidos, debo admitir que Lio es un soñador degenerado en robot.
En este punto no sé por qué recordé a David de Inteligencia
Artificial. En el niño máquina de esta película se nota las claras ganas que
tiene aún Lio por jugar fútbol, aunque se vea convertido en una máquina de
hacer dinero y haya sido abandonado en un bosque donde se encuentra cada
domingo con varios de sus semejantes como los Cristianos, los James, los
Neymar, etc. Supongo que la FIFA será ahora como los headquarters de
Cybertronic, donde se fabrican en cadena miles de Messis.
Entonces aparece el argentino regalando bufandas sin caspa
gracias a Head & Shoulders o pidiendo fotos a señoras para comerse sus
Doritos; aparece con otros robots de Cybertronic auspiciados por Adidas jugando
fútbol para salvar al planeta y diciendo que está asegurado gracias a un
importante banco de su país que cada fin de semana paga un espacio en canales
de cable para transmitir un segmento llamado “Las estadísticas de Leo Messi”.
Allí se perdió el pequeño niño que solamente quería jugar
fútbol y se convirtió en aquel stressado adulto que les niega el saludo a
infantes que admiran a un ídolo como él alguna vez admiro a Diego Armando
Maradona, una de sus mayores inspiraciones.
"Ese pibe da plata, pilas!" |
Es que fue ese Maradona que no pudo entrar a los partidos
del Mundial por no trabajar para aquellos “Wall Street guys” que ven cómo sus
acciones crecen en las bolsas de valores desde Tokyo hasta Nueva York cada vez
que ‘la Pulga’ aparece, quien se ha convertido en la gran sombra y el obstáculo
a superar para Lio.
Y son aquellos “Wall Street guys” quienes tienen sumido a
Lio en una depresión bastante notoria, es que tiene que ser el jugador
políticamente correcto y ejemplar para la juventud a la fuerza, para que dejen
de compararle con ese “drogadicto que lleva tatuajes del ché Guevara y que fue
expulsado del Mundial de 1994 por consumir efedrina”. Efedrina, leo esa palabra
y me río, pues es uno de los ingredientes del antigripal que estoy tomando mientras
escribo estas líneas.
En fin, no voy a descubrir el agua tibia, todos sabemos que
el fútbol perdió su esencia para convertirse en uno de los negocios más
lucrativos y rentables. Por eso ya no vemos en el propio Lio esa sonrisa que
mostraba en sus primeros años, en ese inolvidable Barcelona donde compartía
alineaciones con Xavi, Iniesta, Ronaldinho, Eto’o, etc., ahora vemos a un Messi
presionado y sombrío. ¿Será que en verdad es eso lo que quiere la FIFA?
"Lio, no te dejes de estos hijos de p..." |
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