domingo, 30 de marzo de 2014

Crimea, la joya de la corona

Por José Luis Vásquez Saud

Crimea está ubicado en la península este de Europa.  En la antigüedad era parte de una tribu que descendía de los cimerios, luego pasó a ser parte de la Unión Soviética y al dividirse este Estado pasó a formar parte de Ucrania; hasta hace algunos días, cuando mediante referéndum democrático fue anexada a Rusia.

¿Por qué ha despertado tanto interés esta región del planeta? Estados Unidos y Rusia, al puro estilo de la Guerra Fría han mantenido una disputa verbal y tanto Obama como Putín se han lanzado acusaciones indirectas de lo que se busca en la problemática ucraniana.

No puedo evitar pensar cuando escribo este ensaño en la United Fruit, una compañía con conexión estadounidense que intervino en América Latina y que tuvo entre sus propósitos depredar las tierras, sentar las bases de la USAID y  esconder las atrocidades de las dictaduras, así como ser puente del FMI y de la era del neoliberalismo.

Así es como trabaja Estados Unidos, constantemente interviene directa o indirectamente en la política de los países cuyo interés está en juego. En Ecuador por ejemplo, tras el boom petrolero, existió una campaña constante de parte del FMI que al terminar el Gobierno de Hurtado y con la sucretización colocó  a Ecuador como uno de los países más pobres, más endeudados, más corruptos y con menos crecimiento en la región.

Así actuó Estados Unidos en el Chile de Pinochet o en la Argentina de Videla. Siempre por intereses, como los programados ataques a países de Centro América que derivaron en la caída de Batista por los revolucionarios socialistas.



Recientemente la historia de Estados Unidos se enfocó en uno de los sectores con mayor riqueza petrolera en el mundo. Comenzando por Irak y Afganistán y cruzando recientemente por Egipto, Siria y  Libia; se ha ofrecido al mundo lo considerado como la Primavera Árabe, un movimiento que pretende eliminar todo rastro de dictadura de la región y cambiarla por gobiernos democráticos.

Pero como mandato divino, lo sucedido en Egipto demostró la doble moral del Gobierno de Estados Unidos, pues patrocinaron una dictadura en contra de una población egipcia que de forma democrática eligió un gobierno que al no seguir los intereses de occidente terminó en derrocarla.

En estos días salió en los medios de comunicación una noticia sobre la condena a  muerte de 529 opositores al régimen militar, lo cual debería causar alarma en el Gobierno de Obama. Sin embargo, esa alerta no se ha escuchado, al menos no de forma decidida.


Al parecer Egipto no representa el verdadero espíritu democrático que tienen los ucranianos y los sirios, pueblos que han salido a las calles de forma “pacífica” a luchar contra gobiernos dictatoriales.

En Siria sin embargo, cada vez más se ha escuchado que no es el pueblo quien ha luchado contra el régimen sirio y existen fuertes rumores sobre la posibilidad de un mercado de armas de parte de Estados Unidos hacia mercenarios que estarían detrás del intento de golpe de Estado. Lo que más llama la atención es que estos mercenarios han sido emparejados con los temibles Al Qaeda, supuestos responsables del ataque a las Torres Gemelas y que en su momento generó repudio a este grupo dirigido especialmente al triste celebre recordado Osama Bin Laden de cuya figura se hizo un circo mediático haciéndole pasar como la reencarnación del mal.

Hace algunos días leía un titular que sirvió de inspiración para este ensayo y cuyo titular decía “Estamos jodidos” y no puede estar más acertado que esto. Ucrania se divide entre el interés estadounidense de que ucrania se anexe a las políticas de libre comercio de la Unión Europea con países como Francia o Inglaterra a la cabeza y el deseo de Rusia que siga aportando al desarrollo del área ex Unión Soviética.

Sin embargo, este último escenario no es para nada alentador, pues datan los recuerdos desde Stalin, al menos, donde Ucrania fue sometida a los intereses maniáticos de este dictador soviético que en defensa de Moscú literalmente mataba de hambre a los sectores periféricos. Cuenta la historia que Ucrania fue víctima de las políticas extractivitas de Stalin y que a cambio de eso él les daba muerte y enfermedad.

Tal es el escenario terrorífico, que en la avanzada Nazi, un importante número de ucranianos cambiaron de bando y se unieron al ejercito de Hitler. Desde esa época hasta la actualidad, Rusia ha convertido a Ucrania, al puro estilo de Estados Unidos en América Latina, en su patio trasero.

La cortina de hierro solo esconde luchas desiguales en provecho de la madre Rusia y que con un poco de propaganda orquestada por occidente derivaron en una auténtica protesta del pueblo ruso contra su dictador, quien coqueteaba con Rusia. El dictador Yanukóvich cuando vio que todo perdido encontró en Rusia una puerta abierta para su salvación ante una posible pena de muerte junto al tan famoso retrete de oro, tan mencionado en CNN.

Rusia jugo un papel clave en Siria y así como se sospecha de una intervención directa en contra de la oposición terrorista también se comenta sobre el apoyo armamentístico Ruso al Presidente Al Assad.

Por su parte, Estados Unidos ha encontrado la fórmula, igual que en Venezuela, para que sea el mismo pueblo quien salga a las calles a derrocar de forma “democrática” a quienes han realizado una mala administración del poder.




No nos cuentan que en Venezuela y en Ucrania es la burguesía la que ha salido en su mayoría y que  los medios de comunicación han jugado un papel fundamental para hacernos creer una masificación de una protesta, que al menos en Venezuela parece no ser del todo cierta.

En Ucrania, pueblo que odia profundamente a Rusia, la realidad pudiera ser diferente y por eso muy pocos han puesto el pero en la salida del dictador, no así de Crimea, sector que aunque hace poco parte de Ucrania, tenía entre su mayor población a ciudadanos rusos.

Pero la disputa de Crimea entre Estados Unidos y Rusia viene desde hace antes, incluso desde Siria cuando ambos gobiernos interfirieron en este país provocando un histórico triunfo ruso sobre el estadounidense.
Barbero fue quien proponía que el orden de importancia en un país cambiará de sus ejes políticos a los ejes económicos y de información. Precisamente el económico es el que explica este paralelismo.

El Socialismo del Siglo 21 en América Latina solo ha sido posible por este cambio de correlación de fuerzas en términos económicos, precisamente por la avanzada de China, India, Rusia y Brasil, que se disputan espacio comercial con los tradicionales países del primer mundo, básicamente Japón, Estados Unidos y la Unión Europea.

Este cambio de escenario, como decíamos, consolido el Socialismo del Siglo 21 y permitió a Siria no ser invadida por Estados Unidos, así mismo ocurre con Irán, socio estratégico de estos nuevos países.


En este escenario polarizado entre el nuevo Imperio y el tradicional no se avizora un conflicto armado, pero si se ponen en juego miles de millones de dólares y Crimea por así decirlo es la joya de la corona, es la Dánzing del III Reich. Su posición estratégica es similar a la de Siria, es un paso geográfico. Se calcula que un gran porcentaje del gas que llega  Europa pasa por este lugar. Asimismo, Crimea se ubica en una posición privilegiada frente al Mar Negro, que es considerada una puerta para Europa frente a países como Turquía, Siria y Bulgaria.

Al parecer la unión de Crimea a Rusia es una especie de premio de segundo lugar en tanto que Ucrania terminó hace pocos días firmando el acuerdo comercial con la Unión Europea.

La posición de Putín es entendible desde el aspecto comercial, él quiere evitar que Europa se una y realice convenios con otros países, específicamente con los de oriente, pues recordemos que hasta el momento Rusia sigue arbitrando las dos regiones dada su posición geográfica.

Estados Unidos por su parte sabe que el Imperialismo necesita de recursos y aunque el plan, y de ahí la invasión a Siria, es abrir canales comerciales separando a Rusia, consiguió una Ucrania que de no tomarse los correctivos necesarios puede caer en las garras neoliberales que condenaron a países como España y Grecia. Destaquemos que aun sin Crimea, Ucrania sigue siendo deseada por su privilegiada posición y eso lo saben las potencias mundiales, que continúan en un fuerte clima de tensión, cercano al de la Guerra Fría.

Todo esto no hace más que enfatizar como las potencias muestran sus garras teniendo a civiles como víctimas, pues tras estas letras que son cercanas a una película de acción se esconden muertes, sufrimiento y crisis económicas que generan, en muchos casos, condiciones infrahumanas de vida. JLV

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domingo, 23 de marzo de 2014

Camisetas de “Lenin ama el Ecuador comunista” a 3 por 5 dólar

Por José Luis Vásquez Saud.


Póngase a pensar por un segundo cuál es su mayor deseo, un deseo que no sea tangible, que implique una carga epistemológica, ideológica y sentimental. La revolución por ejemplo, o tal vez el amor, la reivindicación ecológica, o cualquier cosa.

Ahora, imagínese que eso que ha deseado comience a ser difundido por los medios de comunicación, en comerciales, en la prensa… Luego, eso se difunde en la tapa de los cartones de leche, en la parte externa de los buses. Su mensaje, en una suerte de escalada mediática, ha llegado a ocupar un puesto importante dentro de la sociedad, todos lo reconocen y todos se apropian de ello.

Qué pasa si de su mensaje, que no dudamos tengan los más puros deseos, se comienza a obtener alguna ganancia. Imagínese en una camiseta estampado el nombre de su lema de lucha. Luego, alguna canción que a precio módico llegue a personas que consumen su mensaje.

La sociedad de consumo funciona de esta manera. Una premisa del marketing es que se venden ideas, no objetos. No se vende una colonia por su olor, se la vende porque le ofrecen felicidad al encontrar la persona que le gusta. El auto que se quiere comprar sí le servirá para movilizarse, pero todavía más, le servirá para tener confort y tener popularidad.

La clave de la propaganda y de la publicidad siempre se ha manejado de esta manera y no se debe ser un genio para entender que las personas, no importa lo más altruistas que puedan ser, buscan reconocimiento. El reconocimiento les dará placer, lo que para muchos se puede catalogar como felicidad.

Ahora bien, en el tema estrictamente comercial, su deseo altruista se ha convertido en un producto. Si usted deseo la revolución, pues el consumismo responderá dotándole de camisetas del Che Guevara con unas lindas letras que digan “Libertad para América Latina”. Entonces, por un precio, que aspiramos no sea muy alejado de lo que pagaría el mismo Che, usted habrá comprado ideología.

Esta ideología se transmitirá en reconocimiento, como ya le mencionamos; tal vez pongámosle una pizca de intelectual, porque claro, el que porte una camiseta del Che por lo mínimo debe ser alguien que es muy bueno conversando de revolución entre tragos… Lo más importante, sus amigos lo verán como un revolucionario y lo que todavía es más importante, usted tendrá una característica que podría, de ser el caso, llevarle a alguna experiencia sexual con alguna conocida que comparta su gusto “ideológico” por la célebre Revolución Cubana.

Podemos colocar miles de ejemplos en este sentido, los ecologistas vendiendo pulseras, las feministas vendiendo sostenes o lo que sea. El poder necesita que usted consuma y no verá problema en hacerlo.

Cuál es el problema se preguntará, “me fui al concierto de Metallica y aunque soy un novelero gigantezco lo disfrute; al igual que cuando me compré mi camiseta, lo realice porque estoy satisfaciendo una necesidad”.


Marx al respecto se nos adelantó mucho antes de saber que Metallica se presentaba en el Bicentenario. El señaló que una de las principales plagas del capitalismo es que implanta necesidades suntuarias y las hace parecer como importante.

Criticamos mucho al Ecuador del boom petrolero porque se endeudo para traer a Ecuador jugadoras de primera para el Barcelona y el Nacional. Sin embargo, todos los días repetimos el mismo error, se nos implantan necesidades que hace una semana ni siquiera teníamos pensado que podían existir.

Algunas vez se ha puesto a pensar que ese deseo, que le pregunté al principio de este ensayo, tal vez fue implantado por la sociedad del espectáculo, por una serie de contenidos que conductistamente fueron depositados en su cerebro y a cuya respuesta reaccionamos con consumo.

Las tarjetas de créditos y el estado depresivo compulsivo aportan para que el problema se acrecenté. Nos hicieron creer que el gastar en algo es símbolo de bienestar y tienen razón, porque la acumulación de riqueza y bienes produce distinción y jerarquía, en otras palabras reconocimiento, que insistiremos, nos llevan al ámbito del apareamiento. Bendito consumo.

En el plano ideológico la respuesta es más contundente y más dramática. Aclaremos algo antes de esto y entendamos que publicidad consiste en vender productos y servicios, como la camiseta o el concierto. La propaganda busca vender ideas.

Mencioné algo arriba sobre esto, pero profundizando ahora aseveraremos que el sentido nacionalista por ejemplo, es un experimento de la propaganda que nos identifican a nosotros frente a ellos.


El racismo tan alabado a escondidas por estar censurado, aludiendo a la moral, es también incrustado en la sociedad y de una manera crónica puesto que nuestros padres nos enseñaron a decirle indio al indio y nosotros les enseñaremos lo mismo a nuestros hijos.

¿Es gratuito implantar ideologías? ¿Cuál es el ámbito para hacerlo? Por supuesto mantener un poder político, sin duda, pero existe algo más. Cosas tan feítas como el racismo y para muchos el nacionalismo cómo repercuten en la nación.

Se imagina cuál era el propósito de Orwell al mostrarnos este experimento ideológico, en su obra. El construyó la idea de la gran fábrica productiva, por obreros, cosificados, que otorgan su plusvalía ideológica al Gobierno, porque quieren defender su territorio, su gente. El racismo, aunque no natural, sí está considerado como un mecanismo de defensa casi instintivo y por lo que se generaron las naciones.


Todavía hoy, los mismos que atacan al racismo son lo que los promueven cuando crean organizaciones. La CONAIE no es otra cosa que un sectarismo racial frente al poderoso mestizo. La feminista se agrupa entre ellas, con la excusa que no son entendidas y lo que es peor buscan beneficios aduciéndose como una clase vulnerable. (Anótese la sinceridad de este párrafo, porque si algún partido tiene verdadera representación en el país es Pachacutick, pues con su brazo CONAIE representa, al menos en papeles, a la comunidad indígena del país).

Si bien la vulnerabilidad existe en los grupos marginales, no sé hasta qué punto es adecuado que se premie la diferencia.  Pero con nuestra lectura que a muchos no agradará, tiene mucho sentido porque el sacar provecho de la situación es lo que hace un grupo gregario, trata que él y los que le acompañan crezcan. Es el Rómulo que le da la mano a Remo para crear el imperio romano.



Todo esto genera fuerza productiva que se traduce en la sociedad de consumo. Por supuesto, para llegar a esta acotación tenemos que entender y re entender que la sociedad actual no se basa en la producción como hace unos 50 años atrás. Ahora la producción es solo una excusa, pues la sociedad tiene como fin último y único el consumo, desde la caída del Muro de Berlín no existe ideología y el mundo vive en un estado zombie postestructuralista.

El marketing nos sigue dando buenas lecciones de la sociedad cosificada y nos enseña cada día más que necesitamos seguir construyendo buenas ideologías que nos permitan generar ese simulacro que aunque sea por un momento y con unos cuantos dólares, así nos endeudemos, nos haga sentir bien. (JLV)

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jueves, 20 de marzo de 2014

“¡Tómate un trago conmigo carajo! ¡Por Metallica!”


Una experiencia irrepetible, algo que jamás en la vida vamos a volver a ver. Metallica llegó al Parque Bicentenario de Quito a hacer lo que mejor sabe hacer: ¡demoler!... Quito espero 30 años por tenerlos aquí y nos llevamos el más grato de nuestros recuerdos: el mejor concierto que nuestros oídos escucharán en mucho tiempo.



18 de marzo de 2014, 21h45; fue el momento en el que los cuatro jinetes descendieron para encontrarse con un grupo de 45.000 mortales que esperaron por más de tres décadas su llegada a estas tierras. 

Llegó el día, llegó la hora, aquel momento que no había pasado de ser un sueño hasta ese instante, las mejores dos horas de muchos; muy poco tiempo, pero que seguramente tocó muchas vidas y marcará el cierre o el inicio de una serie de ciclos. El punto cero, lo que marcará un antes y un después en la historia musical de este país: ¡¡Metallica by Request!!

Lo que empezó con un tuit publicado por Alfredo Lewin en diciembre, tres meses después nos citó al encuentro con los dioses del thrash metal, a un encuentro con uno mismo, con todo lo que tenía por sacar y decírselos a escasos 20 metros, sí, 20 metros. 


Rob: "¿Quién será ese sambo que jode como la pieza?"
Al escribir estas líneas todavía estoy en proceso de asimilación de lo que escuché y miré ese día, pasa todavía por mis ojos la pirotecnia y por mis oídos la música.

En mi memoria está la rebeldía y la rabia que vino en mi adolescencia con los sonidos de Metallica, cómo me identifiqué con sus letras y la influencia que ello tuvo en mí y que descubro ahora que soy adulto.

Aquello fue lo que me llevó a tempranas horas de la mañana del inolvidable 18 de marzo al Parque Bicentenario a hacer fila. Si bien me considero fan de la banda californiana, no creo serlo tanto como para acampar en las frías calles de Quito para ser de los primeros en entrar. No, preferí la comodidad de mi cama y hacer un poco más de cola para ingresar.


Al llegar a la entrada de la Av. Amazonas me encontré con una fila que seguía hacia el sur y giraba por El Labrador hacia la Av. 10 de Agosto al norte, prácticamente estaba al otro lado de la puerta. La verdad ese no fue un problema para mí, mientras pensaba que estaba demasiado lejos dije “todo sea por Metallica” y procedí a ponerme al final de la columna.

"¡Nosotros somos los primeros carajo!"
Delante de mí estaba un grupo de cuatro guayaquileños y tres cuencanos, atrás mío un machaleño, la persona que me acompañaba que venía de Ibarra y yo ambateño radicado en Quito. Gente de todo el país llegó a verlos, todos con las mismas expectativas, en la misma situación y con ganas de hacer realidad el mismo sueño.

Se armó una pata única, no pararon las bromas y la conversación en torno a todo lo que Lars y compañía han hecho durante estos últimos 33 años.

El frío empezó a hacerse presente en la fila, por eso apareció oportunamente aquella voz que a veces suena a música y dice “una botellita ha de ser”, y no digo música por el acento cuencano que proclamó aquella sentencia, sino porque se volvía necesario para combatir las inclemencias del bipolar clima capitalino. Fue así que aparecieron en escena un grupo de patuchas de diferentes sabores: ron, cerveza, Zhumir, etc…

Parte del "Personal Macabro"
“El metal nos une, el sueño de Metallica es lo que nos trajo hasta Quito, por lo que venimos viajando más de 10 horas y por lo que regresaremos viajando otras 10 horas. Así somos los rockeros, entre todos nos ayudamos. ¡Ambato, tómate un trago conmigo maricón! ¡Prométeme hijueputa que nos caes en el Manso! Nos diste la bienvenida en tu casi tierra, yo te llevo a mi tierra hijueputa. Los rockeros nos damos la mano unos a otros”, fueron las palabras inolvidables de Guayas, apodo que le di a uno de los miembros de la delegación costeña. Guayas porque él me bautizó como Ambato, por mi ciudad de nacimiento.

Esa delegación interprovincial autoproclamada como Personal Macabro ayudó mucho para aguantar las casi diez horas de fila. El alcohol se terminó antes de finalizar la tarde, debíamos entrar sobrios al concierto; es que era Metallica, hubiera sido absurdo y sin sentido estar briago en el evento, en realidad eso no me lo perdonaría jamás.

Con la promesa de visitar Guayaquil e ir a rock and rollear allí con el Personal Macabro me despedí del grupo, pues en su mayoría iban a ingresar a la localidad llamada Campo VIP, yo tenía ticket para Metallica Box, lugar donde me encontré con más amigos y amigas.

Debo admitir que pese a los nunca ausentes fallos en la organización de eventos masivos, clásicos ya de Team Producciones, y más allá de las largas horas de fila, el ingreso al recinto estuvo muy bien planificado.


"Guau guau" - "Oink oink"
Hubo tres filtros de seguridad, dos cacheos y mucho personal policial y privado para salvaguardar el orden del evento. Creo que eso es algo que se debe felicitar, pues al menos dentro del Bicentenario no se presentaron desmanes y se pudo disfrutar con toda tranquilidad del concierto, lo que pasó en el exterior es algo de lo que opinaré en un próximo post.

Los Reciclados y el monstro del Bicentenario
Al ingresar ya había tocado Madbrain, la banda telonera ecuatoriana. No tengo más que buenas palabras para ellos, es la mejor banda del metal nacional. Son buenos músicos y tienen una excelente puesta en escena; además tienen una amplia trayectoria que les ha permitido abrir conciertos como el de Marilyn Manson. Lamentablemente quienes entramos un poco tarde no pudimos escuchar en vivo.

Llegamos en plena presentación de los segundos teloneros, la orquesta paraguaya Reciclados de Cateura, quienes crean sus instrumentos a partir de los desperdicios encontrados en varios vertederos de la capital de su país, Asunción. Algo valioso de esta banda, dirigida por el músico Favio Chávez, es que sus integrantes son hijos de recicladores y minadores que aprendieron a tocar gracias a este agradable personaje.


Con un mensaje de protección al medio ambiente y con mucha energía y talento interpretaron una serie de temas propios y covers, entre los que destacó el de Nothing else matters, que fue un abreboca de lo que se venía a escasos minutos.

El momento se acercaba y el ambiente empezaba a calentarse, hasta que de pronto salió a escena el último telonero, De la Tierra, un supergroup conformado por Andrés Giménez (frontman argentino, ex A.N.I.M.A.L.), Andreas Kisser (guitarrista brasileño, Sepultura), Flavio Cianciarulo (bajista argentino, Fabulosos Cadillacs) y Alex González (baterista mexicano, Maná).

"Tenemos un baterista muy popero, pero tocamos super bien en Quito"

¡La puta madre! ¿Maná? Sí, Maná, y más allá de que su banda original sea un ícono del pop romántico para divorciadas de mediana edad, me calló la boca. Si bien en estudio suena bien esta banda, en el segundo concierto de su historia, en Quito, la reventaron y se llevaron un aplauso merecidísimo. ¡Qué bien sonaron!

Sus canciones me recuerdan mucho a A.N.I.M.A.L., y no por la presencia de Andrés, sino porque el género Groove al que se aproximan es similar a la recordada banda de los 90. Hay un tema en especial que me gustó muchísimo en vivo, Maldita historia, ¡totalmente recomendado!

Se calló De la Tierra aproximadamente a las 21:00, todos los presentes sabíamos que llegó el momento, los motores estaban encendidos para tomar esa carretera llamada Metallica e irnos de largo con su música. Estábamos a minutos de cumplir el sueño.

Mientras ponían canciones de Faith No More y hasta de School of Rock en los altoparlantes, ya se empezó a sentir un ambiente de una calma tensa, sabíamos que estaban ahí, atrás del escenario, esperando que todo esté listo para darnos el mejor show que nuestros ojos hayan visto.

Empecé a fumar como no lo hacía en mucho tiempo, creo que terminé tres cigarrillos en el tiempo de espera, es que me sentía como un niño cuando sabe que falta poco tiempo para que llegue Papá Noel con los regalos de navidad. La emoción no me permitía pensar en otra cosa que no sea Metallica.

"¡Ya mismo salen!"
Nuevamente los recuerdos de todo lo que viví junto a aquellos cassettes y discos viejos de la banda estaban en mi mente, regresaron las horas de air-bass imitando a Jason Newsted y todo el repertorio que cantaba cuando estaba solo en mi cuarto y quería meter un poco de ruido para que el silencio no sea mi único acompañante.

Los chupes, las conversaciones, la música, en 45 minutos toda mi vida pasó frente a mí, todo aquello que hace que crezcas, que te conviertas en alguien, esa escoba que pasó por bajo y esa raqueta de tennis que era mi guitarra; los esferos golpeados contra las cajas de pizza a modo de batería y esos envases de desodorante que eran los micrófonos cuando jugaba a ser frontman, cuando de niño jugaba a ser James Hetfield.

De pronto se apagaron las luces y arrancó el video promocional del By request, con Lars diciendo “This is a computer…”, ese rato se fue todo al carajo definitivamente. Yo ya empecé a gritar, es que ya era inminente el concierto, nada podía evitarlo ya. Sonó entonces The ectasy of gold, original de Enio Morricone con el que Metallica abre sus conciertos desde 1983.

“¡Salieron, hijueputa están ahí!” no alcancé a decir más, tenía la carne de gallina y el frío desapareció del ambiente, todo estaba caliente, estaba listo para destruir mi cuello y mi garganta. Metallica estaba en escena y tocaron Blackened, en ese momento ya me empezaron a salir las lágrimas.

"Oppostion! contradiction! premonition! compromise!"
No pudo haber un mejor opener que ese, puso en onda a todo el público, una de mis canciones preferidas de Metallica, por una de las que voté en el By request, una de las que escuché en el celular mientras iba al Bicentenario. Este tema habla de la ambición desmedida de las personas y la influencia negativa que ejerce el afán de dinero en el entorno, viene desde el …And justice for all de 1988.

No pasó ni un segundo y sonó la canción más votada en el By request y una de las mejores y más populares de la banda, Master of puppets, para continuar en seguida con Welcome home (sanitarium). Fue recién en ese momento en el que pasó algo de mi euforia inicial, en la que pude haberme roto el cuello y golpeado involuntaria y accidentalmente a varias personas, y empecé a ver el concierto con un poco más de objetividad.

Confirmé que Kirk Hammet es uno de los mejores guitarristas que hay en este planeta, tiene una técnica impresionante para tocar solos y un talento innegable para aquel instrumento. Por eso está en las listas más especializadas de los conocedores. Se lo ve ya calvo y canoso, quizá ya no tenga la misma velocidad que antes para poner efectos en su pedalera, pero eso no hace que el alumno favorito de Joe Satriani haya perdido el don de tocar la guitarra como pocos.


Uno de los mejores guitarristas del mundo... ¡KIRK HAMMETT!
Fue entonces el turno para la presentación al público ecuatoriano del tema Lords of summer, presentado dos días antes en Bogotá y acreedor de muy buenas críticas. Ni el propio James sabía si este tema sería parte de una rumorada nueva producción o quedará en el aire como un single, pero el tema fue rápido e intenso, muy thrash, debo admitir que como fan de la vieja Metallica me gustó.

Clásicos inolvidables como Ride the lightning, The unforgiven y …And justice for all continuaron el setlist, mientras James, cual presentador de programa concurso, invitaba a la audiencia a votar por la canción de su predilección siguiendo con el principio interactivo del By request. Las nominadas eran Whiplash (desde el Kill’em all, disco que tiene mi edad), y las contemporáneas Fuel y The day that never comes.

Aquello fue lo que marcó diferencias con otros conciertos a los que he asistido, la interacción con el público, pues mientras los ganadores del meet and greet disfrutaron del concierto en el escenario.
James llamaba a varios de ellos para que presenten ante todo el público uno de los temas por los que votaron. En realidad nunca había visto una conexión tal con el público. El primero fue uno de los miembros de los Reciclados de Cateura, quien anunció Sad but true.

"Life, it seems will fade away..."
Otro momento importante para mí fue la interpretación de Fade to black, otro de mis temas preferidos de los californianos. De aquellas canciones que no quieres que se terminen, que te transportan y te dejan en la lona, levantado en la lona.

Es aquella última canción que Cilff Burton tocó en vivo antes de morir y la última que Jason Newsted tocó antes de dejar la banda. Es aquella con la que James sufrió quemaduras en su brazo. La canción maldita, la mejor de las baladas que tienen, con una especie de jam de Kirk al final, debo admitir que allí fueron mis segundas lágrimas de la noche.

La emoción no paró, pues después de un impresionante solo de Robert Trujillo, a quien debo admitir que empecé a apreciar creativamente dentro de la banda después de escuchar aquella intervención. En el álbum Death magnetic y en el tema Lords of summer se nota su aporte.
Roberto Agustín Miguel Santiago Samuel... no, no es el listado de
las personas que salen en la foto, es el nombre de Mr. Trujillo

Y en serio que no paró el momento emotivo porque se vino Orion, el tema instrumental, lo que marcó la diferencia del votante ecuatoriano del By request, pues Quito fue una de las pocas ciudades del mundo donde se la escuchará. Rob está loco, ¡es un musicazo! Sacó un Orion excelente; no era Cliff, era Rob, el más criticado miembro de Metallica. Calló la boca a muchos de los old school que preferirían que la banda haya muerto con Cliff.

Hablando del ex bajista de la banda, James dedicó Orion a su amigo y ex compañero de banda, al gran Cliff Burton, quien también hizo presencia en el Bicentenario.

Y como para no salirnos de la onda llegó One, uno de los temas más esperados con un espectáculo pirotécnico espectacular. La verdad es que no me imaginé ver ya algo así aquí, me sentí como uno de los espectadores del concierto donde se grabó Trough the never.

Varios de los riffs terminaban en estruendosas llamaradas, creo que me puse pálido porque temblaba mucho, estábamos prácticamente en la segunda mitad del concierto y aún no asimilaba la magnitud de lo que estaba frente a mis ojos y oídos. Insisto en que así debe sentirse un niño cuando mira por primera vez al Papá Noel de un centro comercial.

Fight fire with fire!
Al escuchar For whom the bell tolls solo sentí ganas de correr, sin parar, tratar de acercarme más a los dioses del metal, mirarles y gritarles “¡hijueputas! Crecí con ustedes chucha, ¡gracias por esto!” Creo que mis vecinos de Metallica box ya estaban cansándose del arsenal de malas palabras que lancé durante la parte inicial.

Este tema tiene un valor personal para mí, pues hace aproximadamente un año tuve una conversación con mi madre, una mujer crecida en un hogar de izquierda con fuertes valores familiares, acerca del tabaquismo. Ella me hizo prometerle que dejaría de fumar, a lo que yo respondí “cuando toque Metallica For whom the bell tolls en vivo y yo esté presente”.

Debo admitir que he fumado durante los últimos 15 años de mi vida unas épocas más que otras, y que creo en que si quieres algo debes dejar otra cosa a un lado, por eso espero que este proceso no sea tan duro, la convicción me ayudará. El mejor concierto al que he ido en mi vida versus dejar de fumar, suena justo.

Ya pasaron Battery, Nothing else matters y Enter sandman, otras canciones imprescindibles en la colección de los californianos y por las que los votantes ecuatorianos se inclinaron fuertemente en el By request. La pirotecnia y los fogonazos no se detuvieron, pero llegó el momento del descanso.
"Gimme fuel, gimme fire, gimme that wich I desire"

Llegó Creeping death y la ganadora de las votaciones por teléfono celular, Fuel, tema que puso un tinte noventero a un setlist basado casi en su totalidad en los cuatro primeros trabajos de Metallica.

Olía a final, tocaron Seek and destroy y todo se terminó, Metallica se quedó un buen tiempo en el escenario, mientras el público coreaba “una más y no jodemos más”, “olé olé olé Metallica” y “Whiplash! Whiplash! Whiplash!”, pidiendo que toquen la canción que quedó segunda en la votación final. Pero Lars lanzaba sus baquetas y Kirk y James sus vitelas, el concierto había terminado.

El sueño se había hecho realidad, Metallica tocó en Quito y le regaló a estas tierras el mayor espectáculo que muchos podríamos haber imaginado. Para mi pasaron 18 años, para otros más de 20, supongo que algunos esperaron casi 30, otros tuvieron la –tal vez- fortuna de haber nacido en una época en la que la información y la música están al alcance de todos.

Muchos dijimos alguna vez “Metallica jamás va a venir a estas arjoneras y reguettoneras tierras”, pero llegaron, nos obsequiaron una noche inolvidable. Nos recordaron aquellos momentos de la adolescencia rebelde, de la lectura e investigación proveniente del “¿qué querrán decir estos manes?”, de la alegría, la rabia, la tristeza, de una vida.

Cuando eres fan de una banda hay cosas que a ojos de otras personas resultan carentes de sentido, no lo van a entender nunca, pero Metallica fue capaz de lograr muchas cosas en estos pocos meses que llegó la manía a esta parte del mundo.

Como dijo el Guayas en la fila del concierto “¡Metallica nos une hijueputa! ¡El rock es capaz de todo! Ven Ambato a visitarme a Guayaquil, te llevo a rock and rollearnos todo el Manso. ¡Tómate un trago conmigo carajo! ¡Metallica nos une!”.

Por: José RodríguezFotos: Marco Salgado, Metallica, José Rodríguez

lunes, 17 de marzo de 2014

Ecutickets, un niño jugando con fuego

Una visión muuuy personal cómo las empresas promotoras de eventos se siguen burlando del público rockero/metalero



Creo que ya mucho se ha dicho sobre la grandeza de los visitantes que tendremos mañana en la ciudad de Quito; sí, Metallica es la más grande banda que ha pisado estas tierras, lo que se nos viene es algo sin precedentes y que muy difícilmente nuestra generación va a poder ver nuevamente por aquí.


Las razones son varias, pero entre ellas está la cultural: aquella que hace ver al rockero y al metalero como un vándalo destructor y enemigo de la propiedad privada. Acá en el Ecuador todavía vemos a las y los aficionados a los géneros musicales alternativos y extremos como parias.

Por aquí, por allá, por más acá... 
Aún mantenemos el viejo curuchupismo de los años 60 y 70 que nos hace creer que los rockeros y metaleros son vagos, borrachos y drogadictos, y me atrevo a decir con honrosas excepciones que en la mayoría de los casos aquello no pasa de ser el típico estereotipo infundado que no tiene la más mínima lógica y coherencia, pues hay muchos aficionados a este tipo de música que ocupan cargos altos en empresas e instituciones públicas y privadas, además de que tienen en su palmarés maestrías, doctorados y PhD.

Pero volviendo al punto del tema que quisiera compartir este momento, sino lo que ha pasado en los últimos días en las inmediaciones del estadio Olímpico Atahualpa, lugar seleccionado por una empresa llamada Ecutickets para el canje de las preventas para el concierto de Metallica del 18 de marzo. 

Lo que hizo esta empresa me parece tan peligroso como un niño con un encendedor en un cuarto lleno de TNT, por mediocridad y por querer ahorrarse unos dólares está a punto de estallar una bomba: la de aquellas personas que seguramente se van a quedar sin entrada a Metallica por la ineptitud e ineficiencia de Ecutickets.

Este cuadro ha sido muy común en las inmediaciones del Olímpico Atahualpa
En primer lugar, el viernes 14 se llevó a cabo una rueda de prensa en la que la Policía Nacional, Team Producciones y Ecutickets hablaron con los medios de comunicación sobre los detalles para que el evento se desarrolle con todas las garantías de seguridad posibles. El conversatorio se llevó a cabo aproximadamente a las 11:00 y, entre otras cosas, se anunció que desde las 12:00 se abrían las boleterías del estadio para el canje, proceso que duraría hasta el propio día del concierto.

Chapas y empresarios... vaya grupito!
Por desconocimiento de la población y por no tener a mano el comprobante de la preventa, ese día el canje se llevó a cabo sin ningún problema durante la tarde hasta las 17:00, hora en la que los empleados de Ecutickets se retiraron del lugar; el sábado 15, día laborable para todo el sector público por decreto presidencial, la afluencia de público también fue baja, pues la mayoría de “rockeros vagos” se encontraba en sus sitios de trabajo, supongo que “chupando o drogándose”.

El domingo 16 de marzo fue el día elegido por la mayoría de fans para realizar el canje, fue así que exactamente dos días antes del gran concierto, miles de personas se encontraron desde la madrugada para conseguir pronto el boleto y poder ir a descansar. Esa fue mi idea, pero resultó tan utópica como era hasta hace un año pensar siquiera que Metallica iba a venir al Ecuador.

A esas alturas ya había molestia en la gente que quería canjear su ticket
Aquí debo hacer un paréntesis aclaratorio, Ecutickets es parte de la compañía colombiana tuboleta.com, especializada en la venta de entradas para espectáculos masivos, de aquellos que se repiten más de 100 veces al año en el país vecino, por lo que sería difícil dudar de su know-how. El problema está en su filial ecuatoriana, carente de un servicio tecnológico para poder hacer online la validación de las preventas, por lo que se conectaba con servidores ubicados en Bogotá, lo que provocaba que constantemente se caiga el sistema.

Además había solamente dos boleterías abiertas, cuando el Olímpico cuenta con más de 30 ventanillas; allí se planeaba atender a las más de 20 000 personas que tuvieron la misma idea que yo tuve. De todas maneras Ecutickets ya recibió el pago por el servicio de distribución de las entradas por parte de Team, entonces ya no les interesaba dar un buen servicio a quienes iban a canjear sus preventas.

Nótese lo cabreado que está el man del Quito
Gracias a los amigos con una mayor capacidad madrugadora que la mía estuve muy cerca de la boletería, pero la fila no avanzaba, en dos horas y media caminamos entre tres o cuatro metros. En realidad se volvía insoportable, pues estar a la intemperie en un ambiente como el quiteño, con un clima bipolar, no es lo más cómodo que hay. 

Y así pasaban las horas, como dice la canción nos dieron las 10 y las 11, las 12 y la 1, las 2 y las 3, y todavía no teníamos las entradas en nuestras manos, considerando que estuvimos en el estadio desde un poco antes de las 8:00.

El anuncio de Ecutickets era que iban a distribuirse los boletos hasta las 17:00, por lo que al ver que eran ya las 14:00 y no se había atendido a más de 100 de las 20 000 personas que estuvieron allí, la preocupación empezó a generar desesperación y la desesperación, molestia. 

Los presentes empezaban a impacientarse y, como mencioné anteriormente, aquello es tan peligroso como un niño en una bodega llena de ácido nítrico concentrado, ácido sulfúrico y glicerina.

No quisiera creer que la empresa haya dicho “son rockeros no más, esos vagos aguantan todo”, pero aparentemente esa fue la posición de Ecutickets, al contratar solamente a dos personas, quienes por sus caras difícilmente eran mayores de edad, a quienes seguramente les ofrecieron unos dolaritos y los almuerzos o entradas al concierto para que sacrifiquen su fin de semana trabajando en el canje; para procesar los boletos había además dos impresoras… ¡¡para 20 000 personas!!

¡Solo esto les interesa! 
En ese momento entró en escena llegó a salvar la situación  una representante de la Intendencia de Policía de Pichincha, aparentemente ya olía a azufre. La delegada, quien afirmó querer también su entrada para el concierto, pero que se quería convertir en la heroína del día obligando a Ecutickets a extender el tiempo de canje de los boletos hasta las 22:00 y a abrir otros puntos para este fin en otros lugares de la ciudad.

Mientras aquello ocurría pude realizar mi canje, ya confirmé mi asistencia a Metallica. Pero, ¿qué hubiera pasado si es que esta PepperPotts criolla no hubiera llegado a salvar a Ecutickets? Estoy seguro de que se habrían suscitado desmanes, el mismo hecho de que el rockero/metalero es una persona analítica y que ha leído mucho, implica que no va a dejar que le vean la cara, como aparentemente quiso hacer esta empresa.

Elé la heroína en otra foto encontrada por ahí
Si había desmanes se hubiera dicho “claro, como son rockeros/metaleros van a hacer eso siempre esos vagos desadaptados y miserables”; ese remedo de canal llamado Teleamazonas hubiera dicho en sus noticieros, en boca de Bernardo Abad, que “cuiden a sus hijos, que no se junten con estos nefastos personajes”, y Jorge Ortiz…. No, Jorge Ortiz nada porque gracias a los dioses nadie sabe qué es de la vida de este ignorante cuasi entrevistador.

"¡Que hueva-va-va-da, ya-ya-ya nadie se acuerda de-de-de mi!"
 El asunto es que la indignación de las personas que no tuvieron acceso a las entradas por las que pagaron, a causa de la indiferencia, apatía y mediocridad de una empresa, se hubiera condenado como un crimen de lesa humanidad por el simple hecho de ser rockeros/metaleros y haber tenido la capacidad intelectual para preferir una música distinta a la que disponen los medios de comunicación.

Creo que debo apartar espacio para una rectificación: siempre dije “Team Producciones es una empresucha que se ahueva a traer buenos conciertos porque prefiere invertir en lo fácil, cómo no va a llenar Justin Bieber o Arjona o algún reguettonero”, pero debo admitir que espero que el miércoles me den el chance de tuitear “gracias Team Producciones ¡se pasaron!”

Y para cerrar, ayer compartí la fila con otros periodistas y escritores y con un grupo de ingenieros petroleros y en telecomunicaciones, incluso pude saludar con el médico que hace unos pocos meses me practicó una cirugía menor, también había artistas plásticos, abogados, empresarios, etc… La idea de que los rockeros son vagos y mediocres está absolutamente rechazada con aquella demostración.